“Es necesario conocer la verdad absoluta para entender que esta bien y que esta mal.
Es necesario conocer la bondad para actuar con verdadera maldad... ”
Al contrario de lo que muchos piensan o predican, el camino del mal no es más rápido, por el contrario, sólo hace más lento lo inevitable, alguien malo jamás es tan estúpido como para creer que podrá cambiar las cosas para siempre, simplemente debe estar seguro de que cambiará las cosas para si mismo, sin embargo las consecuencias a largo plazo de sus actos no deben ser de su incumbencia, más siempre deberá tener en cuenta como lidiar con las consecuencias a corto plazo o no podrá disfrutar los resultados de sus acciones.
Mientras se es malo no se puede tener ninguna clase de ataduras, hay que permanecer siempre libre y sin compromisos de ningún tipo, no se le debe tener lealtad a nadie más que a uno mismo, de esta forma se puede actuar permanentemente sin temor, sin remordimientos; todo puede ser puesto en riesgo y todo puede perderse en cualquier momento, nada es demasiado importante como para que no pueda dejarse atrás.
Recordar que los ataques traicioneros ahorran tiempo y esfuerzo, pero hay que tener siempre presente que una traición mal planeada puede volverse fácilmente en tu contra, las mejores traiciones son aquellas que jamás son descubiertas, que le impidan descansar a la víctima mientras piensa que fue lo que salio mal. No hay que olvidar que el verdadero malo no busca reconocimiento por sus actos, sólo la satisfacción de haberlos realizado.
Es importante entender que las mentiras deben estar soportadas en pequeñas verdades, es todo un arte el saber que decir en el momento apropiado ya que una buena mentira es tan dura como la misma roca, siempre hay que saber utilizarla como base para generar algo mayor y siempre hay que saber cuando develar su naturaleza de falsedad, para que aquello que soporte, se derrumbe ante los ojos de quienes dieron por un hecho lo que no era más que una ilusión.
Nunca hay que perder el enfoque del objetivo primordial, pero en el camino por alcanzarlo jamás se debe ser tan tonto como para poner a todos en tu contra, aunque si se piensan librar batallas contra el mundo, siempre es mejor actuar desde las sombras, y que de cara al escenario estén los títeres más carismáticos pero no hay que aprender a controlar los hilos sino la voluntad del titiritero.
Los secuaces son útiles pero jamás deben quedarse demasiado tiempo a tu lado, ni tener suficiente información ya que hay que traicionarlos antes de que estos te traicionen, deben ser ambiciosos y corruptos, y se les debe convencer de que tenemos algún apego, algún temor, alguna debilidad que les de la falsa seguridad de que pueden exigirnos o chantajearnos en caso de que las cosas salgan mal.
Dado el caso de ser descubierto no hay porque correr, la cobardía no hace parte de la maldad sólo es una muestra de debilidad y hace parte de quienes aún no se han desprendido totalmente de todo y no comprenden la identidad real de lo que son, no obstante se puede dar a entender a otros que se huye, aunque no comprendan que la verdadera intención de esta partida no es otra más que la de causar problemas y dolor a quienes se quedan.
Se debe tener presente que si hay que confrontar a quien te descubre en algún acto que revele tus intenciones, entonces es porque tal momento ya se ha previsto en nuestros planes, por lo cual se ha de contar con las herramientas adecuadas para salir victorioso. Sin importar si la batalla es física, mental o verbal, no es posible evadir tal conflicto ni siquiera si quien te descubre dice que desea unirse a tu causa. Ya que si esto fuera cierto y por alguna razón lo necesitásemos ya debería estar de nuestro lado.
Cuando las cosas no salen como quieres hay que recordar, que si no lograste arruinar a aquellos que deseabas arruinar, por lo menos arruinaste a quienes intentaron ayudarte. Lo indispensable es tratar de hacer el mayor daño posible y mientras más perdure este tanto mejor, pero si no se puede, pues no se puede y no hay porque penar. Ya que nada más importa, sólo hacer el mal.
Por último, decir que siempre hay que ser consientes de que en algún momento nos podríamos topar con alguien tan malo o más malo que uno mismo, y es por esto que aqui termina este escrito, ya que esta persona podrías ser tú imprudente lector y no esta en la esencia de alguien malo el dar ventaja alguna. Sólo resta por decirte que si ese fuera el caso, espero no encontrarte frente a frente ya que de seguro ninguno de los dos saldrá bien librado de semejante escenario.