Errante, con los ojos cegados por el ondulante horizonte que el desértico calor corrompe, apretando el corazón deseoso de que aquel oasis jamás se desborde, ante el agonizante espejismo, que temeroso se arrastra, de nunca poder alcanzarle.
Solo importa el siguiente paso, mientras la arena devora las huellas y no perdona la indiferencia de quien ha perdido dirección, de quien el cielo toma como sur y no encuentra norte en ninguna idea, mientras se abraza a la pasajera ilusión de un placer casi insípido que todo lo corrompe y que nada regenera.
Y se continúa divagando, disfrutando, mientras en la ignorancia se es traicionado, abonando al desprecio y la incomprensión de lo que no se quiere ser y no se puede ser, pues las palabras de afecto se reprimen ante el temor de quizás perder lo que por verdad justo queremos entrever.
A veces solo anhelamos un aliento unas palabras suaves, de quien pensamos nos entiende. A veces un simple deseo, una amable sonrisa, una abrazo, una caricia. Un momento que aplaque las dudas, que no se opaque pensando en consecuencias. Pero una vez más, quizás no todos merezcamos este sencillo gesto, sin antes pagar lo que aunque ignoramos nos ha sido impuesto.
¿Por qué no puede ser siempre un placer, el ser completamente sincero?
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3 comentarios:
porque la naturaleza del ser humano es dual. Por eso.
"A veces solo anhelamos un aliento unas palabras suaves, de quien pensamos nos entiende. A veces un simple deseo, una amable sonrisa, una abrazo, una caricia...."
Ya sabes dónde puedes encontrar todo eso siempre que tú quieras... Sólo necesitas conectar el transmisor, H1...
Gracias linda, yo sé que puedo contar contigo siempre. Hay que poner en línea esos transmisores otra vez, H2...
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